Por:
Diana González

Audiovisual:
Laura Arboleda
Cristian Rubio

En el suroeste antioqueño, los viajeros pueden visitar Jardín: un encantador destino turístico que, gracias a su arquitectura colonial, a su naturaleza y su tradición cultural, se ha posicionado como un sitio imperdible para el turismo y como uno de los 18 pueblos patrimonio de Colombia. Tal es su impacto, que en 2024 fue declarado por ONU Turismo como Best Tourism Village, es decir, el mejor pueblo colombiano para turistear y enamorarse de la ruralidad.

La fundación de Jardín se dio oficialmente en 1863, aunque en su territorio ya habitaban diversas comunidades indígenas. Su nombre proviene de los primeros exploradores que, al contemplar el valle rodeado de montañas verdes y flores silvestres, pensaron que lo que realmente veían era un bello jardín que se derramaba por las faldas para luego perderse entre la bruma del horizonte. Desde entonces, el vínculo de sus habitantes con el entorno ha sido profundo. No se puede hablar de Jardín sin hablar del amor que las personas tienen por cada flor, cada brote de hierba, cada monte y cada quebrada que se despeña con delicadeza por su geografía montañosa. 

Pero, este lugar no solamente enamora a los locales, sino que su importancia llega al nivel nacional. Desde 2012, Jardín forma parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia, un reconocimiento que destaca municipios que conservan su riqueza histórica, arquitectónica y cultural. Solo hay que recorrer sus calles para entender la belleza de sus caminos empedrados, los balcones florecidos y la imponencia de su Basílica Menor de la Inmaculada Concepción. Cada visitante que llega a este sitio se sumerge en un viaje al pasado donde la identidad antioqueña se mantiene viva y vibrante.

Jardín, como su nombre lo indica, es un sitio en el que la naturaleza vibra con la belleza de los paisajes y con la iridiscencia de su fauna y flora. Este es un sitio vivo, en el que cada camino lleva a un paraje por explorar y que, seguramente, enamorará a quienes se adentren en su magia natural y cultural. Por eso, la siguiente es una lista de algunos lugares que demuestran por qué este es un jardín en el que la belleza natural se ofrece a quien sepa apreciarla y cuidarla.

Atractivos turísticos imperdibles 

Situada a 2.300 metros sobre el nivel del mar, esta maravilla natural es una caverna atravesada por una cascada que cae desde el techo rocoso, creando un espectáculo de luz y agua único. El recorrido hacia la cueva atraviesa el Distrito de Manejo Integrado Cuchilla Jardín–Támesis, una zona protegida de más de 23.000 hectáreas y que es hogar de especies como la palma de cera y el loro orejiamarillo. Quienes deseen visitar este sitio, deben saber que lo más importante aquí es la conservación del ecosistema y la práctica de un turismo consciente.  

Cueva del Esplendor 

Cascada La Escalera   

A tan solo 3 kilómetros del pueblo, esta cascada compuesta por dos caídas de agua es perfecta para quienes buscan refrescarse o practicar deportes de aventura como barranquismo. El acceso puede hacerse a pie o a caballo y el recorrido permite disfrutar de paisajes naturales excepcionales. Es un plan ideal para los amantes de la naturaleza y la adrenalina.

Truchera y molienda La Argelia  

Aquí los visitantes pueden conocer el proceso artesanal de la panela, desde la caña hasta su cocción en el trapiche movido por una antigua rueda hidráulica que lleva aproximadamente un siglo funcionando. Además, se puede degustar la trucha arco iris en distintas preparaciones, así como platos típicos antioqueños en un entorno campestre.  

Cristo Rey   

En la vereda La Selva se encuentra uno de los miradores más icónicos de Jardín. Desde la cima, donde se alza la imponente estatua de Cristo Rey, se puede contemplar una vista panorámica del pueblo y las montañas circundantes. El sitio cuenta con restaurante, zonas de descanso y acceso por distintos medios, incluyendo bicicleta y caballo.

Canopy y bicicletas aéreas 

Para quienes buscan una dosis de aventura, Jardín ofrece experiencias como el canopy y las bicicletas aéreas. Estas permiten a las personas recorrer los paisajes montañosos al estar suspendidas en cables, pedaleando entre el cielo y la tierra. Una actividad única que combina adrenalina y paisajismo en un entorno seguro. 

Apiturismo pedagógico   

En la finca La Florida, los visitantes aprenden sobre la importancia de las abejas para el ecosistema y la agricultura. Esta iniciativa promueve la educación ambiental en instituciones rurales y fomenta buenas prácticas agrícolas.

Con 21 especies de abejas nativas sin aguijón, la finca produce miel saludable, libre de químicos, y sirve de ejemplo para la conservación de polinizadores esenciales. Además, el proyecto trabaja en alianza con caficultores, ya que las abejas indican la pureza y calidad del cultivo de café. 

Jardín: un destino que florece con propósito  

Jardín es más que un destino turístico: es un modelo de desarrollo rural y conservación. Sus premios y reconocimientos son el resultado de una comunidad comprometida con su cultura, su biodiversidad y su futuro. Desde la majestuosidad de la cueva del Esplendor hasta la dulzura artesanal de la panela y la miel, este municipio ofrece una experiencia auténtica, diversa y profundamente humana. 

 

Visitar Jardín es conectarse con lo esencial: la naturaleza, la tradición y la vida comunitaria. Un lugar donde cada rincón tiene historia, cada paisaje inspira y cada actividad refleja el orgullo de un pueblo que ha decidido florecer en armonía con su entorno.