destinos

En la inmensidad serena de los Llanos Orientales, cuando el cielo se tiñe de rojo y el viento canta entre las sabanas, aparece Orocué: un pueblo ribereño que parece más un estado del alma que un punto en el mapa. Rodeado por el río Meta, acariciado por la brisa del río Cravo Sur y arropado por la hospitalidad llanera, este lugar es una invitación a redescubrir la belleza esencial de Colombia. 

donde la llanura canta
y el corazón descansa

Nuquí: donde el viento canta y las ballenas saltan 

En Nuquí la brisa del mar se confunde con el susurro de la selva tropical, una delicada polifonía que, como un arrullo, se convierte en la banda sonora del territorio. Aquí, en la costa Pacífica colombiana, se da uno de los espectáculos naturales más impactantes del planeta: el avistamiento de ballenas jorobadas.  

San Basilio de Palenque: el latido rebelde de la reconciliación 

A menos de una hora de Cartagena, hay un lugar donde el tiempo no solo se cuenta, se canta. Un lugar donde la historia no se escribe en libros, sino en cantos, en trenzas, en tambores que no descansan y en las manos de mujeres que curan, enseñan y resisten. San Basilio de Palenque no es solo un destino. Es una memoria viva. Es el eco de una libertad conquistada a pulso. Es un territorio donde la reconciliación no se teoriza: se practica, se transmite y se celebra.