Directora de la feria INTERNACIONAl del libro de Bogotá

Por:
Sergio Alzate

Audiovisual:
Laura Arboleda

“El turismo cultural es clave y tenemos toda la infraestructura para ofrecerlo

Los 37 años de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) la han erigido como un punto de encuentro literario, cultural, artístico, intelectual y económico tanto de la ciudad como del país. Lo que comenzó como una iniciativa que quería emular lo que se vivía en las ferias de Buenos Aires o Guadalajara, terminó por adoptar una identidad propia y por convertirse en uno de los eventos literarios más importantes de Latinoamérica. 

Anualmente, y durante dos semanas, cerca de 600 mil personas se congregan en Corferias para comprar libros, sí, pero también para escuchar charlas, participar en talleres, realizar negocios o simplemente reunirse con sus seres queridos, amigos y familiares en un evento icónico para Colombia, y que todo el público espera para participar, especialmente a través de franjas especialmente curadas para primera infancia, niños, niñas y adolescentes, adultos y adultos mayores. En otras palabras: la Feria tiene algo para todos los gustos.  

600 mil personas
Asisten a


Charlas
& talleres


Hacer
negocios


Compartir
con amigos y familiares

Esta diversidad es algo que emociona profundamente a Adriana Ángel Forero, directora de la FILBo.

“Tenemos muchas formas de encontrarnos en la Feria y una tiene que ver con el componente de negocios, porque Bogotá se convierte en el epicentro de los negocios editoriales en América Latina”.

Esto es posible gracias a iniciativas como el Salón de Negocios, que se espera que este año genere $6.1 millones de dólares a través de 1.150 citas de compra y venta de derechos entre editores, agentes literarios, distribuidores, traductores y libreros de países como Estados Unidos, Italia, España, Azerbaiyán, entre otros. 

“El turismo cultural es clave y tenemos toda la infraestructura para ofrecerlo con gran calidad y valor para nuestros turistas nacionales y extranjeros”, comenta la directora de la Feria, para quien los viajes motivados por literatura y otros tipos de artes son una de las grandes opciones aún por explorar en nuestro país.  

La FILBo congregó este año alrededor de 500 invitados de treinta países, entre escritores, poetas, filósofos, ilustradores, dramaturgos, editores, traductores, bibliotecarios y demás personas que hacen parte de la cadena del libro. Un crisol de oficios que se encuentran en la Feria para dialogar, negociar, reflexionar e invitar al público asistente a enamorarse de la literatura, la cultura y las artes en general.