Paicol:

café, cacao

y aventura

Paicol es uno de esos municipios con poca resonancia en nuestro país. Para muchos lectores, es posible que esta sea la primera vez que escuchan hablar de él, lo cual es, sin duda, una injusticia que hay que enmendar. Paicol es un pueblo lleno de belleza, historia, legado cultural y atractivos naturales, la mayoría relacionados con las múltiples fuentes de agua.

Precisamente estas características le valieron su postulación internacional, por segunda vez consecutiva, a los premios ‘Mejores Pueblos Turísticos’ (‘Best Tourism Villages’) que otorga ONU Turismo. 

Abundancia de agua junto

al desierto

Este municipio, ubicado al noroccidente del departamento del Huila, es una muestra de la diversidad de ecosistemas y pisos térmicos que tiene nuestro país. A pesar de estar a solo dos horas de Neiva, la capital departamental, su geografía y clima es diferente y presenta todo tipo de contrastes.

Paicol está ubicado cerca al río Páez, el cual nace en el nevado del Huila y atraviesa también algunos municipios del vecino departamento del Cauca. Gracias a este afluente, los municipios aledaños han prosperado con múltiples cultivos, entre ellos el de arroz.

Sin embargo, desde hace algunos años, se vio el potencial que este río amplio, caudaloso y de aguas frías tenía para practicar rafting gracias a sus rápidos de nivel 3. Así, y para garantizar una experiencia ideal llena de adrenalina, se crearon operadores de turismo capaces de ofertar este tipo de actividades. Además, para las partes más tranquilas están las embarcaciones conocidas como Doky, para quienes prefieren un ritmo más lento y contemplativo.

Uno de estos operadores es Ruta 24, una agencia que cuenta con el sello ‘Destinos de Paz’ y que otorga el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo a los emprendimientos del sector que ayudan a construir una cultura de paz, a la par que impulsan las economías regionales y promueven el consumo local.

Además del río Paez, Paicol cuenta con las cascadas La Motilona y La Serpiente, lugares de descanso que los lugareños visitan como plan imperdible de la familia y que los turistas están explorando en años más recientes.

En estas cascadas, que forman piscinas naturales de aguas completamente cristalinas, también se pueden descender haciendo torrentismo. Estas mismas aguas atraviesan de manera subterránea diversas cavernas, a las cuales se pueden entrar en la Caja de Agua o en la caverna La Cumbre.

En las entrañas de Paicol

En estas cavernas se practica la espeleología, una actividad no apta para claustrofóbicos, pero que seguro disfrutarán los más aventureros y exploradores. Allí podrán adentrarse en estos nichos para recorrer, durante aproximadamente hora y media, los espacios, maravillarse con la belleza mineral y conocer más de la fauna y flora subterráneas, que incluyen insectos y murciélagos.

Entre pasos estrechos, que en ocasiones hay que pasar de rodillas o arrastrando todo el cuerpo, los visitantes encontrarán formaciones geológicas de estalactitas y estalagmitas, que se van creando gota a gota durante miles de años, gracias a los minerales que contiene el agua subterránea.

Después de este recorrido subterráneo, los visitantes regresan a la superficie en Las Moyas, una fuente de agua con pequeñas cascadas y piscinas naturales, donde pueden estirar las piernas y recuperar fuerzas.  

Para quienes quieran hacer este recorrido, pueden recurrir a dos parejas de hermanas: Emilce y Luz Adriana Perdomo Cedeño y Luz Dary y María Fernanda Perdomo Trujillo. Ellas son cuatro líderes y emprendedoras, que, al ver que sus fincas tenían acceso a estas cavernas, se dieron cuenta del potencial turístico del lugar. Decidieron formar la operadora Tja 'J Vits, un vocablo indígena en lengua Nasa Yuwe que significa cumbre, o filo de la montaña.

Café y Cacao para el mundo

Según la Federación Nacional de Cafeteros, el departamento del Huila es el mayor productor de café de Colombia, con más de 145 mil hectáreas sembradas. De igual manera, es el cuarto productor nacional de cacao del país, según la Federación Nacional de Cacaoteros.

Estos dos productos agrícolas, además de ser íconos representativos de Colombia en el mundo, han traído desarrollo económico y social al campo y han ayudado a la sustitución de cultivos ilícitos en todo el territorio nacional.

En Paicol, los visitantes pueden conocer todo el proceso de producción de café y de cacao en las fincas productoras. Una de ellas es la finca Tierra Blanca, donde la familia Cuellar Perdomo recibe a sus visitantes para hacer el recorrido del café y experimentar ser un caficultor por un día, para conocer de donde viene esa bebida que mantiene despierto al mundo. Desde la siembra, la recolección, el despulpe hasta la tostión.  

Al finalizar el recorrido, el visitante bebe una taza de café de la finca y recibe conceptos básicos de la cata de esta bebida que, a pesar de ser protagonista en las mesas matinales, poco se sabe de su interesante trayectoria desde el campo hasta las manos de las personas.

Para los amantes del chocolate, a orillas del pueblo está la finca La Lomita, donde se cultiva cacao y se transforma en bebida, golosinas y nibs.  

Aquí, los visitantes pueden recorrer los cultivos, guiados por doña Rosa María Mañosca y su familia. El chocolate, tan popular en la dieta de las familias en toda Colombia, ha ayudado al desarrollo económico y social de los campesinos del país que, en muchos casos, encontraron así una alternativa viable y digna a lo que antes eran cultivos de uso ilícito.

Un pueblo histórico ejemplo de cultura ciudadana

Como en todos los pueblos de Colombia, la plaza central y su iglesia son su referente principal. En el caso de Paicol, su iglesia se llama Santa Rosa de Lima y fue construida hacia el año 1.888, con piedras que provienen de una montaña a la orilla del río Páez, de color amarillo con vetas negras, creadas por la penetración del agua en la montaña. Esto le da un detalle único y diferenciador al monumento.

Alrededor de la iglesia, los vecinos se pusieron de acuerdo para pintar sus casas de blanco con rojo, y adornar las fachadas con los apellidos de las familias que las habitan, lo cual le da un toque de confianza y camaradería, donde todos los vecinos se conocen.

Una de las cosas que le llamará la atención al visitante es que las calles permanecen limpias y libres de residuos. Esto se debe a que la Asociación de Recicladores Amigos del Planeta viene trabajando en este municipio desde hace varios años. Todos los días, a ritmo de carranga para avisarle a los vecinos, pasan los carros recogiendo el reciclaje, que los habitantes han aprendido a separar para aprovecharlos y evitar que lleguen a los rellenos sanitarios.

Esta organización no solo recicla desechos como papel y plásticos, sino que también recolecta el aceite de cocina usado para fabricar un jabón multiusos que comercializan dentro del mismo municipio, lo cual es un ejemplo de economía circular no solo para otros pueblos, sino también para las grandes ciudades.

Un destino para conocer, sin lugar a dudas

Paicol es un lugar que tiene mucho que ofrecer en el Huila, ya que combina naturaleza, aventura, tradición e innovación social. Sus ríos, cavernas y cascadas invitan a la adrenalina y al asombro, mientras que el café y el cacao, cultivados con esmero por sus comunidades, conectan al visitante con la riqueza del campo colombiano. Su historia, su cultura ciudadana y el compromiso de sus habitantes con la paz y la sostenibilidad lo convierten en un destino que trasciende lo turístico: es un ejemplo de cómo un pueblo vivir conectado a su historia y su esencia, al tiempo que genera oportunidades para proyectarse al mundo como parte del País de la Belleza.