“Al pie de la cordillera sobre una linda meseta hay un pueblito oriental, que por nombre Tame lleva y la historia lo apellida Cuna de la Libertad Es su gente generosa sencilla y hospitalaria con mucho de humanidad, por entre sus venas llevan sangre de raza guerrera que nos dio la libertad”.

Armando Reyes

En el departamento de Arauca el horizonte es una forma de vivir: el cielo parece extenderse hasta el infinito, hasta donde la mirada alcanza, con su rotundidad de bóveda celeste que en el día es de un azul profundo, sin costuras y pocas nubes, y que en las noches se transforma en un espectáculo en el que las estrellas y la luna brillan con todo su fulgor cósmico. Un cielo que con cada amanecer y atardecer se convierte en llamarada pura, fuego celeste en el que el paisaje se tiñe con la fuerza de los tonos rojizos, anaranjados y purpúreos.  

Los araucanos han hecho de este paisaje amplio y expansivo su hogar. Grandes extensiones de tierras de pastoreos por donde las cabezas de ganado avanzan bajo la guía de un llanero que entona cantos de vaquería (los mismos que en 2017 fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco). Paisajes en los que camina con placidez el chigüiro, se asolea a la vera del río la babilla, sobrevuela la mariposa pavo real roja, retoza el venado de cola blanca, se desliza la anaconda y planea la garza real.

Estos cielos de incendio, esta cultura rica en tradiciones, estos paisajes que enamoran y esta biodiversidad que vibra son algunas de las razones por las cuales los turistas deberían tener a este departamento y a sus municipios como opciones vacacionales para las fiestas navideñas y de fin de año. Un viaje por esa otra Colombia que sabe a parrilla llanera y a sancocho cruzado, que baila joropo y declama al ritmo del contrapunteo, que conoce la dicha del delfín rosado que nada en el río Arauca y que fue parte fundamental para la Independencia de nuestro país. 

Por eso, como abrebocas de los encantos que tiene este departamento para ofrecer, los invitamos a conocer dos de sus municipios: Arauca, su capital, y Tame. Bienvenidas y bienvenidos.

Arauca: el encanto de su río, de sus fiestas y de sus sabores  

Al oriente de la ciudad, se encuentra el Puente Internacional José Antonio Páez, el cual une a Colombia con Venezuela. Bajo su estructura, corre el río Arauca: de ritmo lento y aguas achocolatadas, por el cual las canoas discurren plácidamente mientras los pescadores lanzan chinchorros con paciencia, pues desde hace generaciones son uno con ese afluente que puede observarse desde el Malecón.

En el Malecón Ecoturístico los locales y visitantes pueden maravillarse con el espectáculo del sol bañando las aguas, además de dejarse llevar por ese ritmo de la naturaleza que respira con la paz de las copas de los árboles que son sacudidas por la brisa ribereña, por el vuelo discreto de las aves y por las ramas cargadas de frutos. También este es un corredor cultural, en el que se pueden observar murales y grafitis alusivos a la cultura llanera y a las tradiciones locales. 

Porque si algo caracteriza a la capital araucana es que allí, entre sus casas, calles y parques, sus habitantes resguardan con orgullo las tradiciones llaneras, su rica gastronomía y una historia fuertemente ligada a la Independencia nacional. En Arauca capital no se habla de joropo, contrapunteo, vaquería o del arpa: allí se vive y se siente, como un idioma que se aprende desde la niñez al modo de una segunda lengua.

Una manera de mantener viva esta esencia local es a través del Festival Araucano de la Frontera, Torneo Internacional del Joropo y Contrapunteo y Reinado Internacional de la Belleza Llanera, una celebración que del 4 al 7 de diciembre convierte a la capital departamental en una fiesta al aire libre en la que la cultura de la región se vive, se baila, se saborea y se goza.

Dentro del marco de estas celebraciones destaca el Día de la Araucanidad. Como su nombre lo indica, este es un homenaje a la esencia local y un compromiso por transmitirla a las nuevas generaciones para que perviva en el tiempo. Esta cita es el 4 de diciembre de cada año, en el día que se fundó la ciudad en 1780, y en 2025 contó con la participación de la carpa ‘Colombia a la Mesa’, una iniciativa del Viceministerio de Turismo y en la que estuvieron presentes diez emprendimientos locales relacionados con la gastronomía llanera.  

Y es que el sabor en Arauca es algo que sorprenderá a quienes decidan explorar sus platillos, ya que podrán dejarse llevar por los bocados de las hayacas, de las torrejas, del picadillo o del pisillo. Alimentos cocinados por manos hospitalarias, dispuestas a enamorar los paladares de los visitantes.

Otro atractivo cultural del municipio es su importancia como parte de la Campaña Libertadora de Simón Bolívar, la cual llegó desde Venezuela y atravesó el territorio con miras de alcanzar el interior de lo que actualmente se conoce como Colombia, el País de la Belleza.  

Una historia aguerrida que une a Arauca con el municipio de Tame, la siguiente parada de este viaje por los llanos orientales

Tame: donde el río, la montaña y el cacao se funden 

El municipio de Tame es conocido por su amplio paisaje, su historia de valentía y la nobleza de su gente. Un lugar lleno del espíritu guerrero, una tierra que celebra sus tradiciones, su naturaleza y su historia en cada canción. El arpa, las maracas y la guitarra transportan a los visitantes a un mundo mágico en el que los atardeceres se engalanan con cantos, bailes y canciones que han inspirado a los copleros y músicos regionales. 

Además, para estas vacaciones de fin de año,  el paisaje tameño promete enamorar a quienes lo recorran. Prueba de esto es el río La Macaguana, de aguas claras que permiten observar su lecho de piedras y la vegetación ribereña. Este lugar es considerado un santuario ecológico para la región, ya que en él abrevan diferentes especies animales. 

Otro lugar para visitar en Tame es la laguna de La Vieja, la cual está rodeada de morichales, bromelias y helechos, desde donde se tiene una vista privilegiada del piedemonte llanero. Desde este lugar también se puede observar el Parque Nacional Natural El Cocuy, el cual comparten los departamentos de Arauca, Boyacá y Casanare y cuyas cumbres nevadas agasajan la vista de los viajeros. 

Gracias a esta posición privilegiada, Tame es una de las puertas de entrada hacia el nevado del Cocuy el cual, año tras año, recibe a miles de turistas que ascienden sus caminos en una travesía que amalgama naturaleza, aventura y senderismo.

Quienes deseen conectar con la esencia del territorio tienen a su disposición las diversas fincas ecoturísticas que hay allí, las cuales ofrecen hospedajes acogedores, caminatas libres por la sabana, cabalgatas guiadas y actividades tradicionales como ordeño, cuentos de fogón y recorridos por las veredas. Aparte, en el río Tame, reconocido por su belleza, se puede practicar pesca, senderismo y paseos en familia. Muy cerca, están los termales de Tame cuyas aguas cálidas, ricas en minerales, rodeadas de naturaleza y silencio, son perfectas para quienes necesitan descansar del estrés cotidiano.

Y Tame también se saborea, sorbo a sorbo, ya que aquí se cosecha uno de los mejores cacaos finos de Colombia. Este cultivo enriquece la experiencia de los visitantes, quienes pueden disfrutar de una gran variedad de productos derivados, como licores artesanales y chocolates. El cacao es para las familias que lo cultivan un símbolo de tradición, una fuente de ingresos y un orgullo que se ha heredado generación tras generación. 

En Colombia, el País de la Belleza, la oferta turística es diversa y capaz de satisfacer todo tipo de gustos. En este sentido, Arauca y los llanos orientales son destinos perfectos para quienes desean salirse de las opciones más populares y tradicionales. La capital araucana y Tame, como se vio a través de texto, fotos y videos, ofrece gastronomía típica, paisajes de postal, historia independentista y fiestas locales en las que el visitante no es un forastero, sino un nuevo amigo por conocer.  

Un destino emergente que promete enamorar a quienes lo visiten 

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